Hace algunos años, me vi cara a cara con la perturbadora realidad, yo estaba tratando de supervisar y dirigir los esfuerzos de un gran número de personas que trataban de alcanzar el éxito, sin saber yo mismo cual era el secreto del éxito. Y esto naturalmente, me trajo cara a cara con la realidad, que sin importar el conocimiento que pudiera traer a mi trabajo, estaba careciendo del más importante conocimiento de todos.
Por supuesto como la mayoría de nosotros, me habían criado con la creencia popular de que el secreto para el éxito era trabajar duro, pero había visto tantas personas trabajar duro sin tener éxito y tantas personas que sin trabajar duro habían tenido éxito, que me convencí que el trabajo duro no era el secreto real, aunque en la mayoría de los casos, sea uno de los requerimientos.
Así que me fui en un viaje de investigación que me llevo a través de biografías y auto biografías de todas clases de disertaciones del éxito y en la vida de personas exitosas, hasta que finalmente llegué al punto en el que supe que el secreto que estaba tratando descubrir, no sólo estaba en lo que las personas hacían, sino también en lo que las hacía hacerlo.
Después me di cuenta que el secreto que estaba buscando, no sólo se aplica para cada definición del éxito, también aplicaba para todas las personas a quien fuera ofrecido. También aplicaba para todas las personas que alguna vez habían sido exitosos. En poco tiempo. Yo estaba buscando el común denominador del éxito. Y como eso era exactamente lo que estaba buscando, eso fue exactamente lo que encontré.
Pero este común denominador del éxito es tan grande y poderoso, y tan vitalmente importante, para tu futuro y el mío, que no voy a dar un discurso de esto. Sólo voy a dejarlo “en la línea”, en palabras de una silaba, tan simple que cualquiera va a poder entenderlo.
El común denominador del éxito es – el secreto de éxito para cualquier persona que ha sido muy exitosa- está en el hecho de que “ELLOS SE FORMARON EL HÁBITO DE HACER COSAS QUE A LOS FRACASADOS NO LE GUSTA HACER”.
Es tan verdadero como se oye y tan simple como parece. Puedes verlo a la luz, puedes pasarlo en el exámen del ácido, y lo puedes
patear hasta que se desgaste, pero cuando hayas terminado, todavía será el común denominador del éxito, nos guste o no.
Todavía seguirá explicando porqué las personas han iniciado un negocio o profesión con todos los requisitos aparentes para tener éxito y no han sido nada más que un fracaso decepcionante, mientras otros han alcanzado logros extraordinarios a pesar de todas las obvias desventajas. Y como también explica tu futuro, debería de ser una buena y poderosa idea usarlo para determinar qué clase de futuro vas a tener. En otras palabras, vamos a tomar este gran secreto que abarca todo y moldearlo hasta que te ajuste.
Si el secreto del éxito está en formar hábitos de hacer las cosas que al fracasado no le gusta hacer, vamos a pulir este proceso para determinar que son las cosas que a los fracasados no les gusta hacer. Las cosas que a lo ¨fracasados¨ no les gusta hacer, son las cosas que a ti y a mí y a la mayoría de los seres humanos, incluyendo personas exitosas, naturalmente no nos gusta hacer. En otras palabras, debemos de darnos cuenta desde el principio que el éxito es algo que sólo lo alcanzan la minoría de las personas… por lo tanto es contra-natura, y no lo alcanzaremos siguiendo nuestras naturales preferencias y no preferencias, ni siendo guiados por nuestras preferencias naturales y nuestros prejuicios.
Las cosas que a los fracasados no les gusta hacer, en general, son tantas y tan obvias para discutirlas aquí, y como el éxito de nuestro esfuerzo está en la habilidad de persuadir a otros de que hagan lo que nos gustaría que hicieran, vamos a ir a un debate de las cosas que no nos gusta hacer. Aquí, también las cosas que no nos gusta hacer son tantas para permitir una discusión específica, pero creo que todas emanan de un aspecto común entre todos nosotros. No nos gusta hablarle a la gente de algo que a lo mejor no les va a gustar. Cualquier renuencia para convencer a alguien, para sugerir un cambio en sus actividades o para persuadirlos de tomar este nuevo alcance, causará en ellos un sentimiento de desagrado.
Quizás te has preguntado cual es la peculiar falta de aceptación por parte de aquellos que estamos tratando de convencer. ¿No crees que puede ser el hecho, de que nuestros prospectos, también son humanos? Y también es verdad que el ser humano promedio es muy renuente a cambios, aunque sea para su propio beneficio, y son hábiles a escapar de nuestros esfuerzos para persuadirlos en hacer algo que no quieren hacer aludiendo a la más importante debilidad que poseemos, es decir ¿nuestro deseo de ser apreciados?
Quizás te has sentido, desalentado por el sentimiento de haber nacido con ciertos aspectos que no te gustan de ti, temas con los que las personas exitosas no están incomodas. Quizás te preguntas porque esas personas que han tenido éxito les gusta hacer cosas que a ti no te gusta hacer.
¡Pues no les gusta! Y creo que este es el más importante y alentador dicho que le he ofrecido a cualquier persona. Pero si no les gusta hacer estas cosas, ¿entonces porqué lo hacen?
Porque haciendo estas cosas que no les gusta hacer, han alcanzado cosas que querían alcanzar. Ahora, déjenme repetirlo: las personas exitosas están influenciadas por un deseo de resultados a su favor. Los fracasados están influenciados por el deseo de métodos cómodos y se inclinan a estar satisfechos con los resultados que obtienen haciendo cosas que les gusta hacer.
¿Porque la gente exitosa puede hacer cosas que no les gusta hacer, mientras que los fracasados no? Porque la gente exitosa tiene un propósito- tan fuerte que los hace formar un hábito de hacer cosas que no les gusta en orden para alcanzar el propósito que quieren alcanzar.
A veces los más productivos pueden tener un declive. Cuando una persona llega a un declive sólo significa, que han llegado a un punto en el que, hasta ese momento, las cosas que no le gusta hacer se han convertido más importantes que las razones para hacerlas.
Mucha gente con quienes he discutido el común denominador del éxito, han dicho en este punto “Pero, yo tengo una familia que mantener y tengo que tener un ingreso para mí y mi familia ¿Eso no es suficiente razón?
No, no lo es, no es un propósito lo suficientemente fuerte para formar un hábito de hacer cosas que no quieres hacer, cosas que no quieres hacer por la simple razón que es más fácil ajustarse a la vida de vivir pobre, que ajustarnos a tener una mejor vida, si no me creen, sólo piensen en todas las cosas que están voluntariamente dejando ir, en orden para evitar hacer cosas que no quieres. Todo esto prueba que no es tu fuerza la que te sostiene al propósito, sino la fuerza del propósito mismo.
Ahora vamos a ver que hábito es el más importante en este común denominador del éxito.
Las personas son seres de hábitos, así como las máquinas son objetos de impulso, y el hábito no es nada más que el impulso trasladado de lo concreto a lo abstracto. ¿Puedes imaginarte el problema que tendría nuestro ingeniero mecánico si no existiera el impulso? La velocidad sería imposible porque la más alta velocidad a la que cualquier vehículo se podría mover, sería la primera velocidad que lo averiaría después de estar estático, los elevadores no se podrían levantar, los aeroplanos no podrían volar, y el mundo mecánico entero estaría en un estado de total indefensión. Entonces, ¿quiénes somos tu y yo, para pensar que podemos hacer con nuestra propia naturaleza humana, lo que los mejores ingenieros del mundo no pueden hacer con la mejor maquinaria que se ha construido?
Cualquier habilidad para el éxito se adquiere a través del hábito. Las personas forman hábitos y los hábitos forman futuros. Si tú no formas buenos hábitos deliberadamente entonces inconscientemente formarás malos hábitos, eres la clase de persona que eres, porque te has formado el hábito de ser esa
persona, y la única manera que puedes cambiarlo es cambiando los hábitos.
El hábito del éxito para cualquier tipo de logros se puede dividir en cuatro grupos:
1. Hábitos de Contactar
2. Hábitos de Llamar
3. Hábitos de Convencer
4. Hábitos de Trabajo.
Hablemos de este grupo de hábitos en orden.
Cualquier persona exitosa te dirá que es más fácil persuadir a alguien de tomar acciones sobre algo, que de encontrar a alguien que ya lo quiera hacer, pero si no te has hecho el hábito de contactar a esos que necesitan lo que estás ofreciendo, sin importar lo que quieren, entonces inconscientemente estás formando un hábito de limitar tus contactos a esas personas que necesitan lo que ofreces sin importar lo que quieren, y ahí está la limitada razón para sólo tener contactos de gente que ya quiere lo que ofreces.
Los hábitos de llamar, a menos que hayas deliberadamente formado un hábito de llamar a las personas que están dispuestas a hacer lo que tú quieres que hagan, pero que tal vez no escuchen, entonces has formado el hábito inconscientemente de llamar a las personas que están dispuestas a escuchar, pero no lo están para hacer lo que quieres que hagan.
Con respecto a los hábitos de persuasión, a menos que ya hayas formado el hábito de llamar decididamente a las personas para ayudarles a ver, porqué es importante tomar acciones en particular, entonces inconscientemente has formado el hábito de llamar a personas mientras estás en un estado mental en el cual estás voluntariamente dejándolos que te hagan ver las razones por las que no están de acuerdo contigo.
Con respecto a los hábitos de trabajo, si te haces cargo de los otros tres grupos, los hábitos de trabajo generalmente se cuidan a sí mismos porque en estos hábitos se incluyen el estudio y la preparación, la organización del tiempo e información, análisis, etc. Ciertamente no te vas a meter en problemas para aprender el mejor enfoque para tu presentación a menos que la vayas a usar. No vas a planear actividades de tu día, cuando sabes en tú corazón, que no las vas a llevar acabo, y no vas a llevar un registro honesto de las cosas que no has hecho, o de los resultados que no has alcanzado. Así que no debemos preocuparnos mucho por el cuarto grupo de hábitos de éxito, porque si estas atendiendo los otros grupos, los hábitos de trabajo se cuidan solos.
Pero antes de que decidas adoptar estos exitosos hábitos, déjame advertirte de la importancia del hábito de tu decisión. He atendido muchas juntas de ventas y rallies durante los últimos años y siempre me he preguntado porqué, a pesar de que hay muchas cosas buenas en ellas, las personas tienden a hacerse tan pequeñas, SIN TOMAR en cuenta lo bueno que hay en ellas. Quizás, has ido a una de esas reuniones de ventas y has salido de estas reuniones decidido a ser más exitoso, sólo para encontrar que declinas tu determinación y decisión justo cuando es el momento que lo debes de poner en práctica.
Aquí está la respuesta. Cualquier propósito o decisión que hagas es una simple promesa, para ti, que no vale la pena, hasta que te formes un hábito de hacerla y mantenerla. Y no formas el HÁBITO a menos que llegues desde el comienzo con el propósito definitivo de que se puede lograr manteniéndolo. En otras palabras, cualquier propósito o decisión que hagas hoy, la tienes que hacer al día siguiente, y al día siguiente y el siguiente, y el siguiente y así sucesivamente. Y no sólo la tienes que hacer cada día. Si no que la tienes que MANTENER cada día y si fallas un sólo día, tendrás que regresar y empezar de nuevo. Pero si continuas el proceso de hacerlo cada día en la mañana y mantenerlo cada día, finalmente te levantaras una mañana como una persona diferente en un mundo diferente y te preguntaras qué te paso a ti y al entorno en el que vivías.
Esto es lo que paso. Tu propósito y decisión se hicieron un hábito y ya no tienes que hacerlo cada mañana. Y la razón para que estés en otro mundo como una persona diferente, está en el hecho que por primera vez en tu vida te has vuelto tu propio amo y un amo de aquello que te gusta y no te gusta al rendirte a tu propósito de vida. Es por eso que detrás de cada éxito está el propósito, y eso es lo que hace al propósito tan importante en tu futuro. Para el último análisis tú futuro no va a depender de las condiciones económicas o las influencia externas o circunstancias sobre las cuales no tienes control. Tu futuro va a depender de tu propósito en la vida. Así que hay que hablar del propósito.
Primero que nada, todos tus propósitos deben de ser prácticos y no visionarios. Hace tiempo hablé con un hombre que pensó que tenía un propósito que para él era más importante que sus ingresos.
Él estaba interesado en los padecimientos de un amigo, y quería ayudar a aliviar su sufrimiento. Pero cuando analizamos sus sentimientos reales, y lo admitió, descubrimos que lo que realmente quería era un buen trabajo, hacer obras de caridad con el dinero de otras personas, y que le pagaran bien por eso, junto con el respeto y el sentimiento de importancia que naturalmente van con este tipo de trabajo.
Pero haciendo tus propósitos prácticos, ten cuidado de no hacerlos lógicos. Has un propósito de tipo sentimental o emocional. Recuerda que las necesidades son lógicas mientras lo que quieres y deseas es sentimental y emocional, tus necesidades te empujaran lejos, pero cuando tus necesidades sean satisfechas, te dejaran de impulsar. Sin embargo, si tu propósito es en términos de querer o desear, entonces te van a seguir impulsando, mucho después de que tus necesidades hayan sido satisfechas y hasta que tus deseos sean realizados.
Recientemente estaba hablando con un hombre joven que hacía tiempo había descubierto el común denominador para el éxito sin darse cuenta de su descubrimiento. Tenía un propósito en la vida. Y era definitivamente uno sentimental, quería que su hijo fuera a la universidad sin tener que trabajar para pagarla como él lo había hecho. Quería evitarle a su pequeña niña las privaciones por las que su hermana había pasado en su niñez. Y quería que su esposa disfrutara de los lujos de la vida, y hasta de las necesidades que le habían sido negadas a su madre. Tenía la voluntad de formarse el hábito de hacer cosas que no le gustaba hacer.
No lo quería desalentar, pero le dije¨ ¿no estás yendo un poco lejos con esto?” no hay una razón lógica del porque tu hijo no estaría dispuesto a trabajar durante la universidad como lo hizo su padre. Claro se perderá muchas cosas que tú tuviste al no ir a la universidad, y tendrá probablemente angustias y decepciones, pero, si es un poco bueno, finalmente saldrá como lo hiciste tú. Y no hay una razón lógica de que te esclavices, para que tu hija tenga cosas que tu propia hermana no pudo, o para que tu esposa tenga lujos y comodidades, a las que no estaba acostumbrada antes de casarse¨.
Me miró con una mirada de lástima y dijo, “pero no hay inspiración en la lógica. No hay ánimo en la lógica ni siquiera hay felicidad en la lógica, sólo hay satisfacción. El único lugar que la lógica tiene mi vida es que mientras estoy dispuesto a darle más a mi esposa e hijos, más estoy en condiciones de hacer algo por mí.
Me imagino que después de escuchar esta historia, no tengo que decirte cómo encuentres tu propósito o cómo identificarlo o cómo rendirte a él. Si es un gran propósito, ganarás en grande cuando lo logres. Si es un propósito altruista serás un generoso lográndolo. Y si es un propósito honesto, tú serás honrado alcanzándolo.
Pero mientras vivas no olvides que tal vez alcances más allá de tus esperanzas y tus más grandes expectativas, pero nunca alcanzarás más allá de tu propósito principal al que te vas a rendir. Aún más, tu rendición no estará completa, “hasta que te hayas formado el hábito de hacer las cosas que los fracasados no hacen”.
Gracias por la información.
Soy estudioso del éxito, y comprometido con mi propósito..
Les mando saludos cordiales y qué tengan un día lleno de alegrías!!
Muchas gracias por este tema, siempre he buscado el éxito y/o grandeza en mi vida y Bob Proctor fue una gran inspiración para mi.
Me da mucho gusto saber que un paisano fue aprendíz y excelente alumno de Bob. Felicitaciones